Que dos seres humanos se elijan para aprender qué es el amor es bellísimo. Y hay que cuidarlo. Es uno de los viajes espirituales más fascinantes, porque en presencia del otro, el ego se rinde y se aprende a amar de verdad.

Cuando hay amor se crea un espacio seguro y relajado donde ambos corazones pueden abrirse totalmente, donde los miedos y heridas pasadas se sanan. Y no existe mayor éxtasis que vivir a corazón abierto y sentirse amadx incondicionalmente.

Muchas parejas ante el paso del tiempo y el ritmo imparable de la rutina terminan por desconectarse y el amor deja de vibrar en ellos. Se convirtien en un buen equipo y se olvidan de cuidar esa magia que los hacía vibrar, esa mirada cómplice, esa intimidad que los unía tan profundamente. Se olvidan de cuidar de su sexualidad.

El Tantra es ideal para todas esas parejas que quieren vivir una relación de amor y autenticidad, de profunda intimidad y conexión. Que anhelan vivir una sexualidad más allá de la conocida, conectada al corazón y al espíritu.